Aquel Olor

No podía dejar de recordar aquel olor, aquel olor que desde niño llevaba dentro de mí, Ese olor que impregnó mi corazón con alegría, entusiasmo, pasión, y amor.

De donde es ese olor? - Preguntaba yo – ¿Qué es ese olor que me hace sentir como nunca?

¿Quién puede decirme?.

Mi padre no encontraba respuestas para darme y mi madre mucho menos, nadie más que yo podía olfatear este olor que producía en mí una maravillosa sensación que hasta ahora es indescriptible. Intente buscar el origen de este olor en la panadería, en la tienda de cosméticos, en el supermercado, en la tienda de mi abuelo, en la casa de mi tía. Viaje por toda la ciudad buscando el origen de este olor pero no lo encontré. Este olor llegaba a mí por instantes y luego se iba. Mi limitado olfato trataba de perseguir el origen de este, pero no tenía éxito. Así como tú, muchos me preguntaron por la descripción de ese olor y la verdad es que solo podía pronunciar estas palabras: amor, paz y alegría. Cuanto quería yo poder decir que ese olor tenia aroma de vainilla o de café, o el de un sillón de cuero, el de la ropa recién lavada y planchada o el de un cuaderno nuevo, pero no, definitivamente no tenía una descripción para este olor más que aquellas palabras: amor, paz y alegría.

Era increíble que yo! Solo yo! Pudiera percibir ese olor. Pasaron años sin saber de dónde provenía este olor y pasaron muchos en los que percibirlo fue muy escaso.

Pero todo cambio aquel día, Fue un sueño?, quizás, fue real? Quizás, lo que si te puedo decir con seguridad es que aquel dia encontré la respuesta a mi pregunta.

No se cómo llegue allí, pero allí estaba yo. Era un cuarto sin fin, no habían paredes, no había techo, no habían límites, no habían fronteras, el cielo estaba más azul que nunca y las nubes hacían figuras que nunca en mi vida había visto. El lugar estaba acompañado por notas musicales jamás tocadas y acordes que desafiaban a mis oídos para encontrar la lógica de ellos. En aquel instante percibí aquel olor, aquel olor que hizo que mi memoria hiciera un flashback; en un segundo paso por mi mente aquella imagen de aquel niño curioso inquietado por el olor del que jamás había podido encontrar su origen pero que hoy…. hoy… volvía a sentir. De donde proviene ese olor? –Pregunté- De donde provienes ese olor? – Dije un poco más fuerte- Es el olor de la música (dijo alguien susurrando y con un toque dulce) La música? -Pregunté- la música? Si – dijo aquella voz- aquella que nace del alma, que se canta con el corazón y que se percibe en el espíritu. Con razón, – decía yo–con razón mi olfato nunca pudo guiarme más allá del mundo en el cual vivo, del cual soy prisionero y que solo esta música me hace libre. Lágrimas de felicidad corrían por mis mejillas, tantos años tratando de encontrar el origen de este olor y solo hoy podía reconocer su origen.

Desde aquel día siempre trato de establecer mi frecuencia espiritual con aquella música y ahora comprendo mi pasión por ella. Si todos lograran percibir el olor de esta música…. Fue un sueño?, quizás, fue real? Quizás, lo que si te puedo decir con seguridad es que encontré la respuesta a mi pregunta.

Andrés Felipe Borja Marquez

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